las mujeres siempre ignoramos a los tipos buenos

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¿Crees que a las mujeres nos gusta rehabilitar pendejos a  salir con tipos buenos?, la verdad es que después de leer varias veces y de intentar darle una vuelta para  contestar esta pregunta y de intentar explicar qué nos gusta a las mujeres, llegué a la conclusión de que eso es imposible. Si yo supiera qué quieren todas las mujeres del mundo no estaría acá sentada frente a mi computador mientras Colombia se paraliza porque Venezuela esta deportando a mis compatriotas


A mí me da risa que los tipos se quejen que las mujeres siempre ignoramos al que es bueno. Debería indignarme, pero la verdad es que me da risa. Me parece una excusa barata para echarle la culpa a la naturaleza femenina de un levante fallido. Salvo que quien lo diga tenga 16 años. Ahí sí tengo que reconocerles que las mujeres tenemos el radar pifiado. Una mezcla de hormonas locas y películas gringas, sumadas a la insensatez que define la adolescencia, hace que a las mujeres a esa edad nos encanten los tipos que no saben que existimos, o que sabiéndolo prefieren tratarnos como a un saco de boxeo.

Pero eventualmente maduramos. O no necesariamente, pero nos aburrimos de comer mierda. Y entonces reajustamos el radar. Y dejan de gustarnos los tipos malos, porque nos damos cuenta que no tienen nada de romántico, ni de meritorio, ni de divertido. Empezamos a usar nuestro instinto maternal y nuestra naturaleza redentora para rescatar perritos o gaticos o pajaritos y no para criar novios, que para eso ya tenemos hijos.

15 años después se encuentra uno con el tipo malo que le robó el corazón en la adolescencia y lo ve idéntico, lo cual equivale a decir patético. Porque el que en 15 años no ha evolucionado es un perdedor. Entonces nos reímos de nosotras mismas, por haber estado tragadas de semejante esperpento, pero sobre todo, nos reímos de él, por pendejo.

Y es que entiendan señores, a las mujeres no nos gustan los pendejos.  ¿Qué significa ser pendejo? ya es otro tema y como todo, es relativo. Y aunque es obvio que la definición puede variar según la persona, la época de la vida, la presión atmosférica o el ciclo lunar, también es cierto que hay cosas que no le gustan a nadie.


A ninguna mujer le gustan los tipos sin carácter, por bien educados que sean. Un tipo que nos lleva, nos trae, nos recoge, nos abre la puerta del carro, es trabajador, es juicioso, pero es soso... es soso. No hay ningún acto de caballerosidad en el mundo que nos haga pensar diferente.

A ninguna mujer le gustan los tipos pendejos. Un tipo que es lindo, inteligente, divertido pero está demasiado preocupado por lo que piensan sus amigos o su mamá o su ex novia...es pendejo. Y no hay nada que hacer.


Ahora, si uno encuentra un tipo que tiene personalidad y es lindo y no está enamorado de su reflejo en el espejo, y además resulta que le abre la puerta del carro y es responsable, pues estupendo. Pero ya todas hemos vivido lo suficiente para saber que tanta felicidad no existe y que el niño Dios son los papás (ups, ¿le dañé la sorpresa a alguien?). Así que nos la pasamos en ruedas de negocios con nosotras mismas viendo si sacrificamos inteligencia por sentido del humor, o romanticismo por estabilidad emocional, o buen sexo por buena conversación.

Pero les aseguro, nunca sacrificamos a un tipo que es bueno simplemente porque lo es. Todo lo contrario, obviamos muchas cosas que no nos gustan porque queremos un tipo bueno y estamos convencidas de merecerlo. Pero como dije antes, después de la adolescencia se supera ese complejo de mártir, y aguantar pendejos es muy, pero muy aburridor.

¿Ustedes son tipos buenos y una vieja que los dejó les dijo que era por eso? Les paso un dato: estaba siendo educada. Seguramente no quiso decirles que tienen mal aliento, que son mal polvo, que son sosos, aburridos, bobos o brutos. Les dijo que son buenos porque sabía que no le iban a contestar nada y era la forma más rápida de terminar la conversación.


Si de verdad están convencidos que son muy buenos, yo sugiero amablemente que se dediquen a trabajar sus otras cualidades, que lean, que aprendan a divertirse, a relajarse, que practiquen la caballerosidad, que vayan al gimnasio, que sean buenos con sus familias, que trabajen, que se pongan metas y las cumplan, y por amor a la virgencita de Guadalupe, dejen de darse palmaditas en la espalda los unos a los otros compadeciéndose de sí mismos por ser tan buenos. ¡PENDEJOS!